En el Valle de San Joaquín, los pesticidas nocivos contaminan el aire, el agua y a las personas. Las prácticas agrícolas intensivas y explotadoras agobian a las comunidades de color de bajos ingresos. Las personas de color sufren de forma desproporcionada la falta de acceso a alimentos nutritivos, aire limpio y agua limpia.
Las comunidades agrícolas del Valle Central han sido explotadas por mucho tiempo. Comunidades de un lado y otro de los campos agrícolas industriales no respiran el mismo aire ni beben la misma agua. Generaciones de trabajadores agrícolas cultivan, cosechan y distribuyen los alimentos del mundo, obligadas a vivir en ciudades plagadas de pesticidas y contaminantes nocivos. El desmantelamiento de las industrias agrícolas exigirá solidaridad y defensa.
Las comunidades han construido sistemas alimentarios resilientes y autosuficientes mediante aprendizaje y agricultura colaborativos. Las personas afectadas por la contaminación del aire, el agua y los pesticidas se están organizando para lograr la justicia ambiental. Algunos proyectos incluyen redes de vigilancia del aire y talleres sobre pesticidas para trabajadores agrícolas.