2019: La mortandad de los centenarios robles sauce de Durham, NC, refleja los cambios profundos de nuestra era y de nuestra población.
Courtesy of Matthew Sima.
La ciencia nos cuenta lo que sucede en el ambiente y el por qué, pero no nos dice cómo fomentar el cambio. La justicia ambiental se arraiga en los valores que conectan a las personas con la Tierra y entre ellas mismas. Para quienes participan en la jardinería, la tierra es fuente de alimentos y belleza y une a las personas con el pasado, la fe y la acción.
Las divisiones raciales afectan los clubes de jardinería. Para las personas blancas, los clubes eran actividades sociales dedicadas a los arreglos florales. Las personas afroamericanas, muchas de ellas criadas en granjas, solían evitar los jardines pero posteriormente encontraron en ellos fuentes de espiritualidad y de vínculos con la historia. A medida que cambia la ciudad, los clubes se unen en un interés común por su legado, así como por el impacto que ejercerán sobre el clima en un futuro.
Las personas que participan en jardinería tienen diversas maneras de conversar sobre sus plantas y jardines, y de relacionarse con los mismos; por dicha razón, quien desee hacer de un jardín un sitio de aprendizaje, debe afianzarse en los idiomas, la cultura y las historias de las personas que allí trabajan. Estas últimas revelan nuevas maneras de abordar el pasado de Durham y construir alianzas que permitan invertir en vecindarios abandonados y cambiantes. La justicia debe entender, preservar y enseñar historias de jardinería diferentes.








Nuestro punto de vista
Aprendimos de nuestros socios comunitarios que la justicia ambiental debe incluir a las personas involucradas en la jardinería y reflejar su conocimiento y sus vínculos con la Tierra, la familia y la comunidad. Los jardines fomentan la espiritualidad y empoderan la acción mediante la creación de comunidad. Las personas que participan en jardinería varían en cuanto a raza, clase y conexiones con el mundo natural, así como en sus razones para cultivar plantas. Dichas personas entienden los retos, desde una helada inoportuna pasando por la gentrificación hasta el cambio climático.
—Universidad Duke
El Centro Pauli Murray para la Historia y la Justicia Social fomenta el diálogo y la narración de historias como herramientas para combatir la injusticia y las desigualdades persistentes. El grupo de estudiantes de Duke que se asoció con nosotros descubrió un gran potencial en nuestra comunidad: las personas que se involucran en la jardinería pueden compartir sus historias cruzando líneas de raza y de clase en la búsqueda de intereses comunes sobre el futuro de nuestro planeta. Aprendimos que el activismo necesario para sanar el planeta debe empezar en la creación de vínculos basados en una comprensión más profunda sobre el pasado, la naturaleza humana y la desigualdad.
—Pauli Murray Project and the Pauli Murray Center for History and Social Justice
—Duke Human Rights Center at the Franklin Humanities Institute